
Milton Avery (1885-1965)
Cuando nos implicamos con los equipos de los que formamos parte en los entornos donde desarrollamos nuestra actividad es normal que surjan discrepancias y visiones diferentes en torno a que hacer o como hacer las cosas.
Las divergencias plantean conflictos a la hora de tomar decisiones y es muy importante que pongamos atención en la forma en que se afrontan y se resuelven éstos.
Hablamos aquí de los conflictos en relación a las opiniones, ideas, toma de decisiones, formas de resolver problemas y de encontrar soluciones.
El líder horizontal puede contribuir a que su equipo afronte los desacuerdos de formas creativas. Para ello le puede ayudar tener en cuenta algunas cuestiones:
- Que surjan divergencias es sano y natural. Negarlas o taparlas sería el primer paso para el conflicto destructivo.
- No se trata de quien tiene razón dentro del equipo sino de exponer las diferentes visiones y encontrar entre todos las mejores ideas o decisiones.
- Contribuir a crear un clima donde nadie tenga miedo a exponer sus ideas.
- Admitir que, a veces, la expresión del desacuerdo implica sensaciones incómodas que todos podemos gestionar como parte del proceso creativo.
- Reconocer entre todos que el debate apasionado contribuye a un clima de entusiasmo, en lugar del aburrimiento propio de los equipos en donde todos parecen estar de acuerdo porque saben o creen que está mal visto discrepar.
- Introducir normas consensuadas para las tomas de decisiones que contribuyan a canalizar el proceso de discusión creativa.
- Dar feed-back positivo a los que se atrevan a exponer sus criterios.
- Dejar claro que todas las opiniones e ideas enriquecen el trabajo de equipo y abren posibilidades nuevas y de contraste.
Un equipo vivo, es un equipo que escucha, expone, contrasta, debate, respeta, ríe y … respira!